
Seguramente en redes sociales, ensayos o presentaciones, viste un guitarrista que innecesariamente, no para de hacer solos y arreglos.
Muchos riffs, escalas, distorsiones, efectos y cosas que no siempre pegan con el estilo de música que se está haciendo.
Lejos de criticar la inventiva, espontaneidad y el disfrute de quien toca así, este artículo pretende argumentar los beneficios del acompañamiento.
Una canción “normal”, consiste en una melodía acompañada, esa melodía interactúa con los acordes y las sensaciones de tensión-reposo que generan.
Si se acomula experiencia acompañando en diferentes tonos y con canciones mas o menos variadas, logras comprender los enlaces melódicos de los acordes. ¿Porqué crees que muchos acordes tienen inversiones tan necesarias?. Hay mini-melodías, entre las notas mas agudas o las mas graves, que son tan necesarias como el acorde mismo.
Algo que tienes que saber, es que la función de una guitarra no es siempre igual. Si quisieras tocar auto-acompañandote en Guitarra Clásica/Flamenca/Bossa nova/Fingerstyle, etc., la complejidad de interacción entre los dedos es muchísima (Haces melodía y acordes/ritmo en simultáneo). Si tocas en un trío de rock (bajo-guitarra-batería-voces) ya tu función es el soporte armónico. Si en vez de eso, tocas en una banda con voces, sintetizadores, metales, percusion, etc., tu función es mas bien solística o por momentos haciendo duplicación para sumar color a alguna línea melódica. Es decir:
“TU FUNCIÓN DEPENDE DE CUANTOS INSTRUMENTOS HAYA”
Eso quiere decir, que no siempre puedes solear o hacer melodías o puros acordes todo el tiempo, debes tener una técnica suficiente como para poder adaptarte al contexto.
Mi consejo, aprende enlaces de acordes, inversiones, dominantes secundarios, acordes ajenos a la tonalidad. Todo eso se aprende sacando canciones a conciencia, es decir: analizando los acordes de las canciones que conocemos y nos gustan. Memorizar las “familias de acordes” y detectar cuales acordes no pertenecen a la tonalidad en la que estamos.
De nada sirve que hagamos una escala simple y conocida, cuando los acordes están fuera de la tonalidad o el contexto de los acordes se ha vuelto muy raro.
Con el tiempo iremos “internalizando” los acordes, experimentaremos con arpegios y escalas simples como pentatónicas y adornos.
Este artículo solo busca convencerte de que priorices aprender a acompañar, disculpa si he sido muy técnico o hablado de cosas que aún no tratamos.
Puedes revisar los cursos de este sitio y puedes hacernos una consulta si algo no te ha quedado claro. ¡Nos vemos en el próximo artículo!