VALENCIA. A principios del siglo XX, la fábrica Salvador Ibáñez y Albiñara(1854-1920) producía en torno a 36.000 guitarras y ocupaba a más de 100 trabajadores. Fue, según el popular Diccionario de guitarras de Domingo Prat (1932) “la fábrica de guitarras más grande de España”, que tuvo al frente a un “hombre de carácter recio que desde su juventud monopolizó con provecho las actividades de sus colegas”.

La biografía de este luthier, de quien han alardeado poseer algunas de sus obras titanes del instrumento como Eric Clapton, Andrés Segovia o John Lennon, permanece borrosa pese al interés cíclico del algunos historiadores. Los últimos en llegar hasta la suma de incógnitas de este hombre, del cual ni siquiera se conoce un retrato, han sido Enrique Ibáñez y Gumersindo Fernández. En su recientemente publicado Comercios históricos de la ciudad de Valencia, los investigadores resuelven las líneas más conocidas de este empresario de éxito.

DE LA NADA

Quienes más luz han vertido sobre él han sido José Luis Romanillos y Marian Harris en su libro The Vihuela de Mano and the Spanish guitar: A Dictionary of the Makers of Plucked and Bowed Musical Instruments of Spain (1200-2002). Gracias a este estudio sabemos, por ejemplo, que su madre Magdalena Albiñara y Magraner era natural de la población de l’Olleria. De hecho, se sabe que Ibáñez llegó a la capital valenciana a los 11 años y empezó a trabajar como aprendiz -aparentemente de forma fortuita- en una fábrica de guitarras.

Sin embargo, con tan solo 16 años tuvo que tomar las riendas de su casa y profesionalizarse definitivamente ya que su madre quedó completamente ciega (a los 36 años) y además tenía a su cargo a un hermano de 10 años. Desde entonces empieza a firmar sus propios instrumentos en el número 11 de la desaparecida calle Cubells y en poco más de una década, cuando todavía es un joven fabricante, su nombre resuena entre la potente industria guitarrera valenciana (la más importante de España hasta esa época).

En 1892 se sabe que su taller empieza a fabricar cantidades importantes de bandurrias y guitarras en el número 8 de la calle Ruzafa. No dura mucho tiempo en este emplazamiento ya que, aprovechando el rápido crecimiento de la empresa, adquiere un local -taller y tienda- en la bajada de San Francisco número 23. En la calle, que desaparecería años más tarde para la creación urbanística de la actual Plaza del Ayuntamiento de Valencia, se encontraban sus dos principales competidores: Andrés Marín Telesforo Julve.

LA APUESTA POR LA INNOVACIÓN

Aunque compartiendo tráfico de público en la vía comercial, desde sus inicios Ibáñez se diferencia por una constante innovación para la guitarra. Sin saber si le pertenece este avance o no, es junto a los luthiers Francisco González y José y Manuel Ramírez el primero en arquear la tapa del instrumento. Además, es pionero -según los documentos- en idear una guitarra con doble mástil (que haría las delicias del heavy metal casi un siglo más tarde) o crear una guitarra desmontable.

Esta apuesta por el crecimiento de nuevos productos va acompañada desde la última década del siglo XIX por la internacionalización de la empresa. Exporta a Estados Unidos y la demanda se dispara considerándose su marca como un referente de calidad. Tanto es así, que trata de probar fortuna en dirección opuesta, hacia Oriente, y tras conquistar mercados afines al español como el filipino, acaba por ser la marca de referencia para un país de gran consumo: Japón.

Allí aparece una figura clave para Salvador Ibáñez: Hoshino Gakki. Este distribuidor impulsa de inicio sus ventas: la ya mencionada calidad de sus acabados, el sonido y el estilo avanzado de sus guitarras aumenta todavía más la demanda. Guitarras, por cierto, que introducen aspectos ahora tan aceptados como los ornamentos de nacar y madrepila, incluso en los clavijeros. Sin embargo, el mismo Gakki tomará el relevo de la marca de forma ensombrecida más adelante.

Antes, hacia 1910, la fábrica produce a pleno rendimiento y el padre cambia la razón social por la de Salvador Ibáñez e Hijos, dando entrada definitivamente a Vicente y Salvador junior en la fábrica en 1915. Las instalaciones para entonces cambian un par de veces de ubicación, manteniendo la tienda en el centro de la ciudad, pero trasladándose a la calle Hospital número 16 su fábrica más conocida.

guitarras ibanez

LA CAÍDA DESDE LO MÁS ALTO

A sus 66 años, con una marca reconocida y demandada en todo el mundo (basta con contemplar la cantidad de sus originales ahora circulando a un alto precio en el mercado de segunda mano online), Ibáñez muere. Es 1920 y la fábrica vive su máximo esplendor, pero una serie de desgracias encadenadas acabará por derrumbar la construcción de la casi multinacional valenciana.

Los historiadores apuntan a la demolición de la bajada de San Francisco para la ya citada construcción de la ahora Plaza del Ayuntamiento de Valencia como el punto de partida de su declive. Sin su base de operaciones comercial en la ciudad, el mercado exterior pasa a ser la clave de la subsistencia de la gran empresa, pero llega el crack de 1929 y con éste el periodo conocido como ‘la Gran Depresión’ que hunde la demanda en todo el mundo.

Los historiadores valencianos del libro referenciado no descartan que, “además, la familia tuviera una importante inversión en la bolsa”, fruto de los viajes y la especial vinculación a Estados Unidos. Sin embargo, la caída de los pedidos es la que acaba por finiquitar el sueño de expansión y los hijos de Ibáñez venden a Telesforo Julve la marca y la fábrica en 1933. En tan solo dos años, las deudas acaban por liquidar la fábrica y el otro popular luthier valenciano se limita a explotar el buen nombre de Ibáñez (ya sin el acompañamiento de Salvador e Hijos) en el mundo.

LA TRAICIÓN O CONTINUACIÓN DE GAKKI

A partir de aquí, los historiadores valencianos apuntan a diferentes hilos de la verdad en torno a la marca Ibañez y su actual posición, entre las cinco mejores marcas por facturación y conocimiento del público en el mundo tras su mutación a ‘Ibanez’. Es el mencionado distribuidor Gakki el que, según algunos por la ausencia de posibilidades para seguir importando las guitarras de Salvador Ibáñez a partir de 1935, pasa a “plagiar” estas guitarras.

Otras líneas de trabajo aseguran que hubo algún tipo de acuerdo con Julve, del cual Gakki nunca hizo referencia, y alguna más que el ejercicio de cambiar la ‘ñ’ por la ‘n’ y la pasividad del propietario de la marca permitieron que éste empezará a producir en masa desde Japón. Eso sí, con una marca que durante las anteriores tres décadas se había posicionado en el mundo y que en Oriente era una referencia para los grandes guitarristas.

La producción de Gaki se inició en 1935 en Nagoya, hecho que alienta la idea del plagio una vez roto el flujo de importación con la familia de Salvador Ibáñez. Actualmente, la marca tiene delegaciones en Países Bajos, Estados Unidos, Corea de Sur y China. Su principal impulso llegó poco antes de los años 80, cuando sus diseños arriesgados y futuristas se ligaron con una acertada política de representación de grandes guitarristas que ejercían de prescriptores.

Steve Vai, Joe Satriani, Mick Thompson (Slipknot) o el mismísmo Sting son referenciados por la marca que esponsoriza en la actualidad a decenas de los mejores guitarristas del mundo. La serie Studio, por ejemplo, es una de las más valoradas por los guitarristas actuales, que mantienen a la marca en un imaginario de referencias básicas del instrumento -tanto para las eléctricas como para las acústicas- junto a Fender, Gibson o Rickenbacker.

UN EPÍLOGO RECURRENTE

La inesperada historia de Salvador Ibáñez es la de un ascenso meteórico a partir de los oficios, la apuesta por la calidad de los materiales (importando maderas también desde el extranjero) y la innovación. No obstante, el punto de llegada de la empresa fue el de la desaparición en manos de su segunda generación, a partir de debilidades de diferente tipo pero también gremiales e industriales. Una reseña de la Exposición Regional de Valencia de 1909 ya apuntaba:

Entre las cinco más conocidas del mundo, las guitarras Ibanez son a día de hoy un buque al que muchos músicos siguen. Guitarras cuidadas al detalle que llevan consigo una más que curiosa historia que nos atrae y obliga a contárosla a todos vosotros nuestros seguidores.

Su peculiar historia no se basa en una simple discusión de si es con “ñ” o sin ella, detrás de la actual Ibanez existe la historia de un plagio a una familia de creadores valencianos, una evolución puntera y la conquista de un mercado como el americano en el momento justo de la explosión del rock y el heavy metal. Estas son siete curiosos momentos que representan la línea temporal de Ibanez hasta el día de hoy.

CURIOSIDADES QUE MARCAN LA HISTORIA DE LAS GUITARRAS IBANEZ

  • El origen de la marca proviene del luthier español Salvador Ibañez, pero la marca no arranca hasta 37 años después de su muerte en Nagoya, Japón.
  • El fundador de Ibanez, el japonés Hoshino Gakki, distribuyó las guitarras del luthier valenciano hasta el cese de su actividad por la recesión económica española de 1929.
  • El desabastecimiento del mercado nipón empujó a Hoshino a fabricar guitarras españolas por su cuenta (copias de modelos famosos) bajo el nombre Ibanez Salvador, nombre que luego se acortaría en el actual Ibanez.
  • Tras un proceso de cruce de denuncias por derechos, Ibanez comenzó su camino diseñando modelos propios como sus ya míticos “Iceman” y la “Ibanez Roadstar”.
  • El ascenso del rock a mediados de los 80′ llevó a guitarras Ibanez a destacar gracias a nuevas guitarras más especializadas, diseños arriesgados y futuristas que se unieron a una acertada política de representación de grandes guitarristas que ejercían de prescriptores.
  • Su acercamiento al heavy metal se produjo cuando estos nuevos diseños, que incluían acabados coloridos, cuellos más delgados y diapasones más planos (que permiten tocar más rápidamente), les condujo a un renombre en aumento con los músicos de dicho estilo musical.
  • A día de hoy Ibanez es una de las cinco mejores marcas por facturación y conocimiento del público en el mundo.

LOS ARTISTAS QUE HAN REPRESENTADO A IBANEZ

Sus primeros “aliados” en el mercado norteamericano en pleno despegue fueron bestias como Steve Vai, Joe Satriani, Frank Gambale, George Benson, Paul Gilbert, Phil Collen, Paul Stanley, John Petrucci o Sting.

Posteriormente se fueron sumando otras bestias más actuales como Noodles (The Offspring), Sam  TotmanHerman Li (ambos de Dragonforce), Munky (Korn), Daron Malakian (System of a Down), Dino Cazares (Fear Factory) y Mick Thompson (Slipknot-foto), Kiko Loureiro (Angra/Megadeth), Andy Timmons entre otros, realizando modelos especiales, o signatures, para muchos de estos mastodontes.

Info extraida de culturplaza.com y musicopolix